Cuidado Marxista escribiendo.

lunes, 30 de abril de 2012

Yo pago mis impuestos


Cuando yo era niño, ya viviendo en Solymar (Balneario del interior profundo del Uruguay) me llamaba mucho la atención el hecho de que cada semana o mes (no recuerdo exactamente porque era niño y como tal la noción de tiempo se media en horas de escuela + horas de pelota) una nueva casa se construía cerca de donde yo vivía, era como que estábamos siendo colonizados, a excepción de la parte de violarnos las mujeres, en este caso mi madre y mi hermana de un año por ese entonces, y no nos obligaban a creer en un dios occidental de buena moral y costumbres sanas alejadas de los vicios. Esta sensación si se quiere de invasión, se debía creo yo, al sentir como propio algo que no lo era, desde mi visión algo sobrenatural me había dado el derecho de creer que yo había visto primero esta zona y que nadie podía venir ahora a caretear, algo así como yo iba al cabo cuando el cabo era el cabo y no ahora que no es el cabo. Esta sensación que se puede entender porque tenia 4 años pasa a ser algo irracional cuando uno crece y madura (guiño guiño al nombre del blog), a pesar de parecer irracional vemos mucha gente atribuirse cosas que no le corresponden, que la música que EL (cuando digo EL no hablo de Nestor K, si no de la persona, el uso de mayúsculas es para representar soberbia, nomenclatura, por cierto que acabo de inventar y es la que esta bien y no me discutan) escucha es la mejor, que los libros que el lee son los intelectualmente buenos y que el sistema capitalista es justo porque la mano invisible de Adam Smith existe y regula las cosas de una manera mágica, a pesar de largar un olor a putrefacción tremenda (se entiende porque murió hace mucho el Adam), y por último cuando ya nada puede frenar  su sentimiento de triunfador de la vida y escucha algo que no le gusta exclama fervientemente: “Yo pago mis impuestos”, el señor cree que a pesar de aportar 3 pesos cagados por carga tributaria al estado con su plata se pagan todos los sueldos de los empleados públicos del país, se pagan los medicamentos de los pobres en salud publica, se le paga el sueldos a los docentes universitarios y se arreglan las cárceles para que la gente de mal este viviendo en hoteles 5 estrellas mientras la gente de bien sufre cada vez más las injusticias del sistema. Acá es cuando aparece otro concepto magnifico que es “La gente de bien”,  que es primo hermano de “Yo pago mis impuestos”,  en general las personas que usan estas frases creen en la meritocracia, su discurso, se asemeja con el de, si yo pude hacer esto todos pueden, y acá los pobres son pobres porque quieren. De nada importa que el sistema necesite de la pobreza para subsistir y que el desempleo sea necesario para mantener los salarios a la baja, de nada importa que el rasgo más característico del sistema reinante de hoy sea la desigualdad, porque si yo pude todos pueden.
Y cuando el ombligo se llena de pelusa y ya da asco mirar para ahí, solo podemos ver como los demás malgastan lo que la gente de bien da porque ellos pagan sus impuestos.