Hace unos días
me encontré con una frase que decía algo así como que toda neutralidad escondía
una opción ya tomada. La frase pertenece a Paulo Freire y me hizo pensar que a
menudo nos encontramos con mucha gente que para sonar inteligente relativiza;
por sentirse “imparcial” y coherente evita tomar posición aparente en cada tema
que se hable.
El hecho de
que todo el mundo puede decir lo que quiera de la manera que quiera y no se lo
pueda cuestionar porque esta en su derecho de decir lo que piensa por mas que
este hablando de que el holocausto del dulce de leche suelto en los almacenes
haya sido una mentira programada por el frente amplio para ganar las próximas elecciones
(Esto lo dijo Juan Angel Vazquez, diputado de Vamos Uruguay al semanario Voces
del frenVOCES). Esto hace que para ser políticamente correcto, avalamos que se
diga cualquier cosa sin ningún tipo de consideración de nada y que es
responsabilidad del que lo consume poder
discernir si eso es real o no.
Un ejemplo
claro es el del pizzero de la PASIVA, en
un programa de TV pasaron como lo asesinaron en 3D, se lo vio a Nacho Álvarez
repartiendo lentes por los barrios de Montevideo para que puedan apreciar como
el pobre tipo le pegan el balazo, se retuerce de dolor, desconecta su cuenta de
Twitter y muere, luego cuando dejaron de pasar el video en la tv (lo perdieron
no es que les haya parecido suficiente), apareció una nota de la familia en la
que declaran (de manera muy similar a lo que puede hacer Fernanda Cabrera en la
isla de caras), que sus hijos vieron morir a su padre en la tv. Si bien mucha gente condena la forma en que
los medios trataron el tema, en el común de la gente prima el razonamiento,
esta bien cada uno consume lo que quiera, y ahí inmediatamente surge la idiotez
de que “la mejor ley de medios es la que no existe” y es tan buena la que no
existe que permite que cifras se manejen y se multipliquen a conveniencia del
medio en cuestión que digan información parcialmente cierta o incluso mentiras.
A esto yo me pregunto, en serio?
Y por si
esto fuera poco la postmodernidad ha alcanzado limites insospechados que ni el
mas perverso de los creadores de “la muerte de las ideologías” hubiera
imaginado, de hecho ya estamos en modo híper modernidad o algo así, y nos siguen masticando el cerebro de manera
asquerosa (me imagino al pato sosa desnudo en este momento no se por qué).
Esto de andar relativizando la vida, hace que
perdamos la esencia de lo que somos como seres humanos que es ser críticos,
nadie puede emitir juicio de nada, todo se pone en duda y esto no hace más que
los que manejan todo sigan moviendo hilos y ganando poder. Cuanto más se
relativiza menos se piensa y cuanto menos se piensa mas se enajena uno. Y que
signo mayor de enajenación humana que creer que los pequeños precios de
McDonalds son pequeños realmente y sufrir y deprimirnos cuando el sundae de 40 pesos
es el de chocolate y no el de dulce de leche que es maravilloso. Y que pasa con
el de frutilla? Es solo para los chetos que pueden pagar $45? Esto mismo ocurre
con la merienda sote, que ahora hay una xl que sale mas cara que lo que salía la
común y es del mismo tamaño de la común cuando yo iba a la escuela?
Igual no
todo esta perdido, Omar Freire, hermano de Paulo, esta entre nosotros tratando
que lo dejen dar su último examen para recibirse de Psicólogo y tratando que
haya un ADSL de prostitutas en cada plaza del Uruguay. Este el país de Omar, es
el país que todos deberíamos querer.
Estuve leyendo tu nota y el razonamiento acerca de los medios de comunicación me parece que se acerca mucho al "Clarín miente" argentino, pero ta, debe ser una impresión mía nomás.
ResponderEliminarNo no, esta bastante cerca al clarin miente si, porque clarin miente :)
ResponderEliminarExcelente, como me molesta la gente que termina diciendo y bueno ta deja, si son felices, o por ejemplo, y bueno ta pero lo hace por tal razón, si todo tiene una razón, pero es positivo? sirve para algo? Me parece que no, no se puede seguir mintiendole a la gente y que no pase nada!
ResponderEliminarYo creo que están enfocados en bobadas y se pierden el tema central que el autor encara, que es la falacia de la merienda sote. Pero claro, los medios de comunicación hegemónicos no se hacen eco de eso...
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